miércoles, 24 de junio de 2015

El recién nacido prematuro en la consulta del niño sano

España es uno de los países europeos con la mayor tasa de nacimientos prematuros. Debido al gran desarrollo de la neonatología, la supervivencia de estos bebés es cada vez mayor, aunque algunos de ellos, sobre todo los grandes prematuros, arrastran secuelas tras el alta hospitalaria que deben ser vigiladas.

Estos bebés suelen seguir tanto un patrón de crecimiento como de desarrollo diferente al niño a término.

La enfermera pediátrica como personal encargado del programa niño sano debe conocer como es el desarrollo habitual de estos niños, los problemas más frecuentes y los signos de alarma, con el objetivo de prestar unos cuidados de calidad y eficiencia.

Las competencias de la enfermera pediátrica en la consulta del niño sano se extienden a:


  • Valoración del crecimiento (somatometría): La media de peso, talla y perímetro cefálico de los niños prematuros se sitúa alrededor del percentil 10 hasta los primeros tres años de vida, a partir de los cuales tiende a equipararse a los percentiles del niño a término, observándose que cuando menor es el peso al nacimiento, mayor es el tiempo de crecimiento compensatorio.
  • Valoración del patrón alimenticio: El alimento ideal para el prematuro es la leche materna, aunque en su defecto se puede utilizar leche específica para prematuros hasta los 6 meses de vida cuando se empezarán a incluir algunos alimentos como en el niño a término.
  • Inmunizaciones: Los niños prematuros son vacunados siguiendo el calendario oficial deacuerdo a su edad cronológica, aunque la primera dosis de hepatitis B es administrada al llegar a los dos kilogramos de peso. Se recomienda la vacuna de la gripe a partir de los 6 meses y la vacuna contra el virus sincitial respiratorio por la alta incidencia de infecciones que pueden acontecer en un niño con antecedentes de prematuridad.
  • Desarrollo psicomotor: Es importante prestar atención al desarrollo psicomotor de estos niños, como elemento preventivo y detector de posibles discapacidades.
    • Signos de alarma:
      • Retraso de adquisiciones motrices:
        • No control cefálico a los 4 meses.
        • No sedestación a los 9 meses.
        • Ausencia de desplazamiento autónomo a los 10 meses.
        • Ausencia de marcha autónoma a los 18 meses.
        • Pulgar en adducción uni o bilateral a partir de los dos meses.
        • No coger objetos a partir de los 5 meses.

      • Trastorno del tono muscular: hipertonía, hipotonía.
      • Asimetrías en la postura o en la actividad.
      • Movimientos anormales: temblor, distonías, dismetría.
  • Educación para la salud: prevención de la plagiocefalia, accidentes, etc.




Referencias

  1. Castro López FW. Manual de enfermería en neonatología. La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 2007.
  2. W Ball J, C Bindler R. Enfermería Pediátrica. Asistencia Infantil. Pearson, Madrid, 2010.
  3. Towle MA. Asistencia de enfermería materno-neonatal. Pearson, Madrid, 2010.




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