Sus objetivos son:
- Identificar rápidamente a los niños que sufren una enfermedad que pone en peligro su vida mediante un sistema de clasificación válido, útil y reproducible, con el objetivo de priorizar su asistencia y disminuir el riesgo.
- Determinar el área de tratamiento más adecuada para los pacientes que acuden a los servicios de urgencias.
- Disminuir la congestión de urgencias.
- Permitir la evaluación continua de los pacientes mediante reevaluaciones periódicas que garanticen que sus necesidades son satisfechas.
- Permitir una información fluida a los pacientes y a sus familiares sobre los tratamientos a realizar y los tiempos de espera.
- Mejorar la eficiencia mediante la optimización de recursos y la mejora de la gestión.
- Crear un lenguaje común para todos los profesionales que atienden las urgencias.
- Valorar inicialmente al niño así como clasificarlo y distribuirlo en base a su patología y necesidades asistenciales.
- Aplicar y/o realizar si proceden técnicas enfermeras.
Proceso de triage
El proceso de triage se divide en tres
partes:
- Triángulo de evaluación pediátrica: permite estimar la estabilidad clínica del paciente. Clasifica a los pacientes en estables o inestables.
- Motivo de consulta: Se trata de una entrevista corta, en la que la enfermera recoge los principales datos referentes a alergias medicamentosas, vacunas, signos y síntomas, etc.
- Constantes vitales: Se debe registrar en la gráfica el peso, la temperatura, frecuencia cardiaca, tensión arterial, frecuencia respiratoria, saturación de oxígeno, signos de dificultad respiratoria, nivel de conciencia e irritabilidad.
Principales escalas de triage pediátrico
- Australian Triage Scale (ATS): Fiabilidad del 36%.
- Canadian Emergency Department Triage and Acuity Scale (CTAS): Fiabilidad en la valoración del triángulo pediátrico del 93,6% y un valor predictivo de la tasa de hospitalización del 84%.
- Manchester Triage System (MTS): Fiabilidad del 79%. La validez es menor en niños que presentan problemas de salud en comparación con los que presentan trauma.
- Emergency Severity Index (ESI): Fiabilidad del 50%. Indicador preciso en la utilización de recursos, consultas e ingresos.
- Sistema Español de Triage (SET) a través del Model Andorrá de Triatge (MAT): Actualmente en valoración. Buen valor predictivo en la tasa de ingresos hospitalarios.
Todos estos modelos fueron desarrollados inicialmente para adultos, aunque la escala australiana y la de Manchester tienen algunos criterios y algoritmos específicos para pediatría pero no incluyen una versión pediátrica completa.
La escala canadiense
tiene una versión pediátrica similar a la del adulto y el Sistema español de triage junto con el Modelo Andorrano, han desarrollado recientemente una versión
pediátrica pero esta se halla aún en evaluación.
Los sistemas de triage
enumerados anteriormente, clasifican al paciente en 5 niveles que determinan el
tiempo máximo que el paciente puede esperar atención médica.
Niveles de determinación del tiempo máximo de espera de atención médica |
· Nivel I (0 minutos): Pacientes con
riesgo vital inmediato como reanimación cardiopulmonar, convulsión activa, coma
que no responde a estímulos o shock establecido, politraumatizados o
traumatismos craneoencefálicos graves.
· Nivel II (10 minutos): Situaciones de
emergencia con riesgo vital real y cuya intervención depende del tiempo. Se
incluyen en este grupo a pacientes con dificultad respiratoria, deshidratación
grave, dolor intenso, fiebre en menores de tres meses, fiebre con lesiones
cutáneas, hematemesis, ingesta de tóxicos o cuerpos extraños, diabetes u otra
enfermedad crónica descompensada.
· Nivel III (60 minutos): Situaciones
urgentes con riesgo potencial que requieren de exploraciones diagnósticas y/o
terapéuticas en pacientes con estabilidad fisiológica como fiebre, dolores
moderados, deshidratación moderada, menores de un mes con consulta no urgente.
· Nivel IV (120 minutos): Situaciones poco urgentes que generalmente
necesitan una exploración diagnóstica y/o terapéutica.
· Nivel V (240 minutos): Situaciones no
urgentes que generalmente no requieren ninguna exploración diagnóstica y/o
terapéutica. Estas situaciones podrían ser atendidas en un centro de atención
primaria.
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